14/10/14

El Pilar con los 5 sentidos

 Señoras y señores, próxima estación...Zaragoza/ Ladies and gentleman, next station will be...Zaragoza. Así anunciaban la llegada a la ciudad y comenzaba el ajetreo turístico.


Este fin de semana ha sido intenso, como decía en la entrada anterior especialmente en dos sentidos: vista y oído.
Como turista no paras de mirar a un lado y al otro para no perderte nada y para la vista todo es nuevo, atractivo, estimulante.


Por otro lado según te apeas del trasporte empiezas a oir el bullicio de la gente, la instensísima actividad... pasan las horas y llega la música con los potentes altavoces que demasiado cerca hace que se convierta en estruendo.
Realmente llegó a dejarme tan aturdida en ocasiones que llegué a sentirme como un zombie y eso debía pasarles también a los camareros (además de los ríos de gente que tenían que atender, que esto ya es para aturdirse del todo).


Así que como turista torpe destaco el enorme trabajo que se realiza en estas fechas por parte de todos los gremios aunque especialmente el de los camareros con el que me sentí molesta en varias ocasiones, pero ya está firmada la paz.







De lo que me enamoré profundamente la primera vez que visité Zaragoza fue de la Basílica del Pilar y ahora que regresé la relación se ha fortalecido. Es una construcción fabulosa de la que os muestro sólo el exterior porque el interior hay que ir y verlo...


El delicado aroma de las flores, un deleite para el olfato con su magnífica ofrenda floral...Este año pudimos subir arriba del todo y ver bien de cerca a la virgen, por lo visto esto se lleva haciendo sólo dos años.



El gusto, las degustaciones en los puestos por la zona del paseo del río, un ir y venir de gente...(y la ofrenda de frutos, que no pude ver pero que debe ser igual de impresionante que la floral).
En el caso del tacto fue más bien el contacto. Con tantas personas juntas en los mismos metros cuadrados se hacía muy difícil caminar sin tropezarse con alguien.
 
 


La catedral del Salvador o la Seo, es otro magnífico edificio que admirar.


Y la Lonja otra maravilla...El tiempo cambiaba por minutos pero en general libré la lluvia.

 
Es impactante escuchar a los zaragozanos hablar de la virgen del Pilar con tal orgullo y sentimiento que se te pone la piel de gallina.
No pude visitar todo lo que me hubiese gustado pero disfruté lo que visité así que ¡¡espérame Zaragoza que volveré!!.
 
 
 
 
 
 
                                               
                                                        ¡¡ Feliz martes !!



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